sábado, 6 de marzo de 2010

teclear y teclear, es la euforia

Mi estómago se queja todo el tiempo, desde que tengo uso de razón. O más bien, desde que la razón me recomendó autodestruirme.
Pero es que dos o tres cervezas quizás, me hacen sentir tan hermosamente eufórica: tan yo, tan expuesta, tan sin los controles que me pongo todos los días desde hace muchos días y tantos años. Porque vivir cuesta, no es ninguna novedad. Cuesta el odio, el resentimiento, la alegría, el amor, cuesta. Todo cuesta TANTO. ¿Porque lo hacemos costar tanto? Porque nos jactamos de ser absolutamente libres y no. Al final no somos libres.
Hoy me veo sentada en mi computadora, y soy tan feliz que me dan ganas de llorar; y soy tan puta y desgraciada que me dan ganas de reír.
Y me pesa el cuerpo, la vida que viví, el ritmo que dejé atrás, viviendo/corriendo para cualquier lado y estoy tan cansada. Lo de siempre. Y hoy paré y vi todo lo que tengo alrededor y todo lo que me llena el alma, me desborda. Soy TAN FELIZ, que me siento desgraciada. Pero es la euforia.
Las ganas de hacer cinco millones de cosas a la vez, cuando en realidad, sabes que sólo podes hacer una. Que NADA funciona cuando todo es desmesurado.
Y me siento tan ajena a mi que me asusta. Y pienso en hijitos y vida para siempre y yo no era asi.
Melisa no era asi.
Melisa era una rebelde,
otra cosa.


Pensar que la primera vez que lo conocí a F., mi "plan macabro" era "enamorarlo". Pensar que lo logré en unos meses.


Pensar que la gente tiene razón cuando dice que "todo lo que das, vuelve".








Pensar que soy una BOLUDA. Con TODAS las letras.

Caíste BOLUDAAAAAAAAAAAAA.

Caíste.

2 comentarios:

Madie dijo...

Qué fuerte. Impactante lo que decís. Disfrutalo.

Unknown dijo...

otra mas... no se porque pero al final todos caemos...