miércoles, 3 de enero de 2007

soy una puta.

Porque sé (de memoria) que no puedo encerrarme en el fantástico mundo de mi imaginación que, aún siendo tan extraordinario (extra-ORDINARIO), no concuerda con los otros mundos. Y mi objetivo, era la cordura y ahora, no sé cuál es mi objetivo. Debo confesar. Debo confesar (y repitiéndolo lo reafirmo) que soy tan frágil, que hasta mis huesos se romperían. (¿Y quién se tomaría el trabajo de unirlos uno por uno?) Que hasta hace unos segundos, permanecí abrazada a mi oso (muy, muy fuerte) y me cubrí la cara: ya no entraría luz por mis ojos y ya no habría más. Ya no, concluí. Me apiadé de mí, de mi cuerpo y de mi cabeza. Me apiadé humedeciendo mis ojos enfrente de aquel espejo. Ahora, suena Here comes the sun entonces,
sé que todo va a estar bien.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la pregunta seria y que???
No es pecado
Es tu vida
Es tu oso
Es tu cuerpo o el de quien vos quieras ser

soy invisible, dijo...

La respuesta sería: y no! Quién dijo que es pecado?, quien que no es mi vida, quien más que no es mi oso y que otro más que no es mi cuerpo.
Lo de puta, es irónico
hola anónimo :)