la mujer que huyó del mundo

Podría poner una foto pos-sábado, pero no, tengo una reputación que conservar.
Siempre que salimos con R nos emborrachamos, hablamos de chicos y de lo viejas que nos sentimos, mientras vamos dejando retratos patéticos de bar en bar. Entonces, empezamos a mandar mensajes de texto a gente que no vemos hace décadas, pero que, sábado de por medio, nos acordamos cuáaanto los queríamos y obvio, el domingo los lees y decís: jajaja, pero es que el alcohol nos pone extremadamente cachondas al punto de planear un trío sadomazoquista con el remisero: no sé en qué estabamos pensando, el pobre hombre estaba más cerca del cielo que de las tachas.
No sé por qué digo que que no sé, porque los sábados NO PENSAMOS y sí, es algo peligroso- esa actitud de "vivamos la vida loca iiuju" nos arrastró a irrecordables sucuchos y personajes- igual, siempre una está más conciente que la otra, como cuando le dije a R que nos robemos ese auto y ella me dijo que no podía arrancarlo si no tenía las llaves. Fue un alivio.
Asi es que nuestra noche fue corta pero devastadora. Con dos platos de papas fritas con ketchup y mayonesa en "La parrilla del Tano" (el nombre habla por sí solo), con 35 seudo-colectiveros mirando una película porno y un olor a frito asqueroso en la cabeza, pero con la panza llena, nos retiramos con todo el glamour que nos caracteriza.
Y claro, después viene el domingo y la verguenza por los mensajes que mandaste, llamadas que ni te acordas que hiciste, el dolor de cabeza; necesitar litros y litros de coca; levantarte a las 10 de la mañana y sentir que se te salen los pulmones por la nariz, tener que bajar para ir al baño, resbalarte en el pasillo, golpearte la rodilla contra la cama, que se te salgan las sábanas, la frazada, el acolchado, todo junto, gritar ¡¡por quéee a mi!! y seguir durmiendo.
Despertarte y acordarte que mañana es lunes y que tenes el trabajo más aburrido que puede existir y hundirte en el asqueroso pozo dominguero.
Pero vamos ¡¡¡quien nos quita lo bailado!!!