consulte a su médico

Y para los que se preguntaban por mi paradero, ya pueden dormir tranquilos: estoy de vuelta.
Resulta que la brochete que tenía en el estómago, no se movió en toda la semana. Hasta que suena el teléfono y F me pregunta que me pasa. Me entiende la mitad de lo que le digo pero entre gritos, llantos y "me dueleee" reiteradas veces, me calma un poco y como le digo que no venga porque se tenía que ir a trabajar, me sugiere que llame a mi mamá. Mamáaaa. Y en dos minutos, mamá estaba en casa. Cuando llegó, yo me retorcía en las sábanas (y no precisamente de gusto) y lloraba a los gritos, me faltaba vomitar verde y parecía la del Exorcista. ¿Por qué lloras Meli? Llooorooo porque tengo fieeebre siempre lloroo cuando tengo fieeebre. Hora y media para convencerme y me llevó a su casa. Y asi estuve una semana, adentro de la cama gigante de mamá, durmiendo todo el día y mirando tele, faltaba que me den la comida en la boca y ya estabamos. Ahora me recuerdan vía teléfono, mensaje de texto y paloma mensajera, cuando tengo que tomar el antibiótico para no cortar con el tratamiento. Aunque me haga la canchera y me salga re bien, extrañaba ser la nena mimada de mamá.
Salta a la vista que de sus cuatro hijos, yo soy la preferida, es obvio.
Moraleja: hay que ir al médico, no hay vuelta que darle. Intenten, chicas, no entrar con sus madres al consultorio. Les puede tocar un doc, que en el medio de un interrogatorio, pregunte cosas como "¿y cuando tenes relaciones sexuales, te duele? ¿Te arde después?
Eeeeeh, carita ruborizada
ah re