Mientras tenga sonando todos los discos de Charly o Regina, suficientes cigarrillos como para acartonar mis pulmones, mate, pelis y éstas cuatro paredes, todo está bajo control.
Hace un frío zarpado y puede terminarse el mundo o que Pablo Echarri me toque el timbre en pelotas que no voy a salir de éste encierro.
Cilotímica de mierda,
¡nada está bajo control, mentirosa!.
No queda otra, mañana voy a tener que ir al shopping,
con lo que detesto hacer eso.
sábado, 31 de mayo de 2008
Etiquetas:
el mundo me odia (y yo lo odio a él)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Bajo control absoluto es imposible, solo podemos limitarnos a intentar hacer algo que queremos, pero para bien o para mal tenemos que terminar adaptándonos a lo que surga. Algo que muchas veces es bueno, porque nos mantiene en movimiento... pero si se llega al otro extremo se vuelve peligroso, porque podemos sentir que perdemos equilibrio. Y cuando el equilibrio se pierde, nos planteamos cosas que no sabemos responder y que terminan angustiándonos.
Peeeeeero, la música es un gran canalizador de ese tipo de cosas... asi que bienvenida sea. Y el mate siempre está dispuesto a darnos un poco de charla, aunque sea de un solo lado.
Que le sea leve el shopping entonces!
Mientras queden cosas que Tener que haser, mas cosas para detestar va a haver.
Mas encierro mas ciclotimia estar mucho tiempo con uno cuando ya uno no se banca, mas locura que loco, no?
Odio los shoppings y al capitalismo marquero.
Publicar un comentario