sábado, 23 de enero de 2010

Ya logré controlar a Cassandra, pero aún no logré controlar mi vida.
Son las 4 de la mañana y no tengo más cerveza: tuve que prepararme un Gancia con Sprite COMÚN (si, es terrible) y escucho DALILA ¡¡DALILA!!.
Me quedé SOLA como sé que merezco estar.
No dejo de ser una hija de puta. Él ya me lo había anunciado,
pero yo nunca lo quise escuchar.
No dejo de jugar un segundo, aún sabiendo que ya estoy cansada y vieja para juegos.
Y corro y hablo como si la vida me chupara un huevo y tengo, de nuevo, y otra vez, esta presión de mierda en el pecho.
Y no ayuda.
Que el hombre que te dice que te ama, te diga que sos MALA, y lo que es peor,
saber que TIENE RAZÓN.

No ayuda, para nada

2 comentarios:

Flor dijo...

Respira hondo. Muy hondo. Sacá a Dalila.
Y yo no creo que seas mala, creo que como yo, a veces tenes mucho miedo. Y haces lo mejor que podes.

soy invisible, dijo...

Flor, tengo que admitirte que me quedé escuchando a Dalila mucho tiempo más pese a tu recomendación. Insisto, cerveza cuando quieras.

Je, el problema está en que me siento mal en un momento, pero que me gusta ser asi :S