tiburones.

Ese fue un sueño:
Una enorme boca de tiburón directo hacia mi, con dientes afilados y enormes.
Como si la vida misma fuese un gigante y amenazante tiburón comiéndome todos los días; en donde ya no existen mañanas sobrias y es cuando el cuerpo pesa más de 100 kilos; y la tráquea se cierra para que no pueda respirar.
La monotonía y la carencia de futuro obstruye todas las venas del cuerpo, y la sangre no circula.
Litros de alcohol, miles de cigarrillos y noches en vela; desperdiciando las horas, los días, los meses. Como si el mismísimo tiempo se detuviera y, a la vez, corriera como un tornado imposible de frenar.
Dos cero uno cero, no te bendigo para nada: te aborrezco con todo lo que soy y todo lo que tengo. Elecciones y destino: maldito, maldigo el destino.
Dos cero uno cero, que trajiste puros cajones y ni un nacimiento.
Maldigo, te maldigo, por transformar las vidas, en vidas MISERABLES. Por tanto sufrimiento: por tanto DOLOR.
El cuerpo ya no soporta tanto DOLOR.
Los ojos ya no quieren ver, entonces, la gente se hace ciega.
el mundo se volvió ASQUEROSO y yo tengo que vivir en él.
La única salvación tiene color celeste y ojos que ven lo que tienen ganas de ver.
Dos cero uno cero, me pregunto si todo terminará aquí; si ya no hay más nada que ver.
Si la única esperanza es el celeste de sus ojos: lo único que me salva y me trae a la vida.
Lo único que AMO con todo el cuerpo que tengo.
Con todo lo que soy.
Dos cero uno cero, hasta donde dirás

BASTA.